Edición original definitiva de la célebre novela de Le Sage magníficamente encuadernada en marroquín rojo de la época con las armas de la Condesa de Provenza (1753-1810).
Le Sage, Alain-René. Historia de Gil Blas de Santillana. Última edición revisada y corregida.
París, Por los Libreros Asociados, 1747.
4 volúmenes en-12 de: I/ (4) h., 402 pp., (3) h., 8 grabados a página completa fuera de texto; II/ (2) h., 342 pp., (2) h., 9 grabados; III/ (2) h., 381 pp., (7) pp., 8 grabados; IV/ (4) h., 369 pp., (10) pp., 7 grabados.
Conjunto de 4 volúmenes en-12, pleno marroquín rojo, grandes armas doradas en el centro de las tapas, triple filete dorado alrededor de las tapas, lomos con nervaduras ricamente decorados, piezas de título y tomazón de marroquín verde, filete dorado en los bordes, ruedecita interior dorada, cantos dorados. Encuadernación armeada de la época.
161 x 94 mm.
Verdadera edición original de «Gil Blas de Santillana», una de las grandes novelas francesas del siglo XVIII de la cual «Lagarde y Michard» hacen gran caso.
Tchemerzine, IV, 178; Cohen 631.
Edición definitiva, la última publicada por Le Sage, sirvió de modelo para ediciones posteriores.
Está adornada con 32 hermosos grabados fuera de texto no firmados, grabados al aguafuerte por Dubercelle.
«Esta edición, que se ha vuelto poco común, presenta numerosas correcciones y aumentos considerables del autor, que no forman menos de un centenar de páginas; por lo tanto, debe considerarse como la primera buena edición de la obra maestra de Le Sage» escribió Brunet (III, 1006).
«Lagarde y Michard» consagran un largo análisis a esta novela:
« Le Sage también aplicó al novela sus dones de observación y realismo satírico. Se le debe principalmente el Diablo cojuelo (1707), inspirado por un autor español, Luis Vélez de Guevara, y la Historia de Gil Blas de Santillana, publicada de 1715 a 1735 (Libros I-VI en 1715; VII-IX en 1724; X-XII en 1735), que es mucho más original a pesar de numerosos préstamos. Entre sus otras novelas citaremos la Historia de Guzmán deAlfarache (1732), El Bachiller de Salamanca (1734) y La Valija encontrada (1740).
La Novela picaresca. Le Sage debe a sus modelos españoles, además de una cantidad de anécdotas, el propio género de la novela picaresca, practicado en España desde finales del siglo XVI. Se trata de narrar las múltiples y divertidas aventuras de un pícaro, un bribón bastante simpático, un pobre diablo al que la injusticia social convierte en un pillo, pero siempre capaz de exclamar como este personaje de Gil Blas : « No soy menos dispuesto a hacer una buena acción que una mala». Buen muchacho, pero débil, más rico en buenos sentimientos que firme en sus principios, el propio Gil Blas vacila entre la ingenuidad y el cinismo. Zarandeado por las aventuras y los encuentros, a veces criado, a veces confidente del primer ministro, a veces engañado, a veces pícaro, Gil Blas muestra poca consistencia, pero siempre es natural: Le Sage supo convertirlo en un verdadero tipo.
Las Costumbres de la sociedad francesa. El autor se interesa menos en las aventuras de su héroe que en los ambientes sociales que atraviesa. Completando los esbozos de Diablo cojuelo, que la fábula misma de esta novela hacía necesariamente breves y dispersos (cf. p. 61), Le Sage nos lleva con Gil Blas desde la cueva de los ladrones (p. 62) hasta la Corte (p. 67), pasando por el palacio del arzobispo (p. 64). Nobles, clérigos, médicos, hombres de letras, actores, criados, bandidos de caminos, todos los ambientes están representados, con sus costumbres, sus defectos o sus vicios. Por supuesto, el color español no debe engañarnos, es la sociedad francesa de la Regencia la que así se anima ante nuestros ojos.
Muy mordaz, la sátira sigue siendo alegre. Le Sage a veces imita a La Bruyère, especialmente en el Diablo cojuelo, pero se aleja del arte clásico por la importancia que concede a los detalles materiales, por cierto brío en el realismo y por una preocupación muy marcada de pintar, más que caracteres, individuos.» (Lagarde y Michard).
«Es la variedad de retratos y cuadros lo que constituye el principal interés de Gil Blas. El retrato del canónigo gotoso, por ejemplo, el del Doctor Sangrado, que mata a sus pacientes a base de sangrías, no son indignos de la gran tradición molieresca. El de Gil Blas mismo, disfrazado de médico, el de Don Carlos Alonzo de la Ventolería que, mediante todo tipo de métodos, quiere reparar el agravio de los años, el de Don Gonzalo Pacheco, viejo achacoso, juguete de su amante, permanecen inolvidables. A pesar de algunas páginas más débiles, este libro tiene una frescura incomparable, sobre todo cuando el escritor se deleita en pintarnos, con un sentido sorprendente del color, el espectáculo de sus semejantes, más ricos en vicios que en virtudes.
‘Gil Blas permanece así como uno de los grandes documentos del realismo francés, un vasto cuadro del mundo, impregnado de una moral indulgente pero nunca cínica».
Magnífico y precioso ejemplar encuadernado en marroquín rojo de la época con las armas de la Condesa de Provenza (1753-1810), María Josefina Luisa Benedicto de Saboya, segunda hija de Víctor Amadeo III, duque de Saboya y rey de Cerdeña, y de María Antonieta Ferdinanda, infanta de España nacida en Turín el 2 de septiembre de 1753, se casó el 14 de mayo de 1771 con Luis Estanislao Javier, conde de Provenza, más tarde Luis XVIII, de quien no tuvo hijos. Tomó en emigración el título de condesa de Lille y murió en Hartwell, Inglaterra, el 13 de noviembre de 1810.
La condesa de Provenza, quien se interesaba por la literatura, había formado una colección muy importante, que comprendía 1665 volúmenes en el momento de la Revolución, muy bien organizada y encuadernada uniformemente en marroquín rojo.
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