S.l.n.d. [Imprenta real, 1824].
En-12 de 108 páginas. Medio marroquín rojo de grano largo, lomo liso adornado con filetes dorados. Encuadernación de la época.
160 x 92 mm.
Preciosa y auténtica edición original de una de las novelas más raras de la literatura del siglo XIX.Carteret, I, 250.
Según La Rochebilière, solo se imprimieron 40 ejemplares, sin página de título y no puestos en el comercio.Los ejemplares fueron distribuidos por la duquesa entre sus allegados.
«Extremadamente raro, impreso en número muy reducido (25 o 40 ejemplares)». Sr. Clouzot, Guía del Bibliófilo, 113.
«La duquesa de Duras (1778-1828), hija de un capitán de navío, el conde de Kersaint, fallecido en el cadalso, emigró con su madre a Martinica, luego se estableció en Londres donde se casó con el duque de Duras, otro emigrado. Regresó a Francia después del 18 de brumario, pero, durante todo el Imperio, vivió retirada con su marido en su castillo de Touraine, donde no tiene relaciones con el mundo de las letras más que su amistad con Chateaubriand, y sobre todo con la Sra. de Staël. Con la Restauración, el duque de Duras es nombrado mariscal de Francia, y la duquesa, de regreso en París, mantiene un salón literario bastante cerrado, donde es una especie de consagración mundana ser admitido. Publica dos novelas bien acogidas por el público». (Diccionario de autores, II, 78).
«Durante la Restauración, el salón de la Sra. de Duras era uno de los más brillantes. ‘Pronto, dice Sainte-Beuve, se formó en los salones aristocráticos una pequeña sociedad de élite, una especie de hotel de Rambouillet adorando el arte a puerta cerrada…’».
La aparición deOurika en 1824 proporcionó a la duquesa de Duras uno de los mayores éxitos de la novela femenina.
Instantáneamente a la moda, esta novela pintaba con finura la historia de una joven esclava negra enamorada del hijo de sus protectores.
«Fui traída de Senegal, a la edad de dos años por el Sr. Le Chevalier de B. que era el gobernador. Sintió piedad por mí, un día que veía embarcar esclavos en un barco negrero que pronto iba a salir del puerto: mi madre había muerto, y me llevaban al barco a pesar de mis gritos. El Sr. de B. me compró, y, a su llegada a Francia, me dio a Mme la mariscal de B. su tía, la persona más encantadora de su tiempo…»Muy buen ejemplar de esta edición original literaria de una mítica rareza, completamente fresco y vestido con una fina encuadernación en medio-marroquí rojo de la época.