En París, en casa de Desenne, Gattey, Guyot y en Chantilly en casa del Sr. Hédouin, 1791.
En octavo de (2) ff., 1 plano desplegable, 60 págs., 20 láminas fuera de texto. Pleno marroquín verde, gran rueda dorada enmarcando las tapas, lomo liso adornado con ruedas formando falsos nervios y atributos musicales dorados, filete dorado en los bordes, guardas y contraguardas de papel rosa, cantos dorados. Encuadernación parisina de la época.
226 x 141 mm.
Edición original y primera tirada de las 21 encantadoras estampas de vistas de los jardines y edificios de Chantilly, uno de los ejemplares en gran papel vitela.Brunet, IV, 899.Está adornada con un plano desplegable y 20 láminas interpretadas a la manera negra por Mérigot y Hijo.« La naturaleza y las artes parecen haber contribuido, rivalizando entre sí, al embellecimiento de Chantilly. Hay pocos lugares en Francia que reúnan tantos objetos de magnificencia y agrado. El lujo y la riqueza de los edificios, la variedad y belleza de los jardines, la abundancia y claridad de las aguas, la brillantez de los diversos puntos de vista, las colecciones preciosas, las rarezas de varios géneros… es esto lo que nos ha llevado a ofrecer este cuadro… »
« Se realizaron algunos ejemplares en papel vitela para las primeras pruebas… » (Prefacio)
Mercier escribió en 1781 : « Todavía no he encontrado nada comparable a Chantilly en los alrededores de la capital. Treinta viajes a este lugar encantado aún no han agotado mi admiración. Es el más bello matrimonio que jamás hayan hecho el arte y la naturaleza ».
« Obra publicada por Mérigot y ornamentada con 20 figuras muy finamente grabadas al aguatinta. Es el complemento de la ‘Promenade ou Itinéraire des Jardins d’Ermenonville’ ». (Boletín Morgand et Fatout, n°7744)
D’Argenville, en su Viaje pintoresco de los alrededores de París, no se muestra menos entusiasta : « Chantilly reúne todo lo que la naturaleza y el arte pueden producir de agradable para formar uno de los lugares más hermosos del mundo. El arte está incluso tan oculto allí, que los amables aspectos que presenta desde todos los lados parecen deberse únicamente a la naturaleza, que despliega por todas partes un espectáculo variado, igualmente nuevo y siempre encantador. Las llanuras, los bosques y las colinas que encierra el parque ofrecen los paisajes más agradables del mundo. Las cascadas, los parterres, las islas y los bosquecillos forman en conjunto la vista más deliciosa que pueda ofrecerse a la imaginación ».
« Entre las curiosidades de la naturaleza y del arte que se admiraban allí en el último siglo, y de las cuales algunas han sido respetadas por la tormenta de 1793, citaremos, según D’Argenville : la Galería de los ciervos, contigua al invernadero de la Orangerie ; los Bosquecillos, separados de la Orangerie por un pequeño canal y llenos de pórticos de celosía, de estanques, de fuentes y de diversos juegos… ; las Cascadas de Beauvais, conjunto de mascarones, conchas, rocallas, fuentes… ; el Jardín o Parque de Sylvie, donde se levanta la pequeña casa del mismo nombre, cerca del estanque… ; el Juego de la oca, practicado en un bosquecillo con piedras que marcan los números y figuras de ganso montadas sobre pedestales ; el Juego de la arcabuz, formado por una cruz de césped… ; la Menagerie ; la Lechería, etc. A estas diversas curiosidades citadas por D’Argenville en 1768, hay que añadir el Jardín inglés y el Hameau formados de algunas casitas rurales al gusto del Petit Trianon. Estos dos embellecimientos se deben al príncipe Louis-Joseph, quien los hizo ejecutar hacia 1780 ». (Larousse del siglo XIX).Precioso ejemplar de primera tirada, especialmente grande de márgenes (altura: 226 mm), impreso en gran papel vitela, conservado en su elegante encuadernación de época en marroquín verde adornada con atributos musicales.
