STENDHAL, Henri Beyle. Lettres écrites de Vienne en Autriche, sur le célèbre compositeur J.H. Haydn, suivies d’une vie de Mozart, et de Considérations sur Métastase et l’état présent de la musique en France et en Italie. Par L.A.C. Bombet.

Precio : 7.500,00 

La edición original muy rara del primer libro de Stendhal, impreso en París en 1814.
Es casi imposible de encontrar en plena encuadernación de la época.

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París, Didot el mayor, 1814.

In-8 de 468 págs., algunas manchas. Plena piel marrón granulada, rueda dorada alrededor de los platos, lomo liso adornado, títulos en piezas de marroquín verde, filete dorado en los bordes, cortes jaspeados. Elegante encuadernación completa de la época.

198 x 125 mm.

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Edición original rara de la primera obra publicada por Stendhal.

Muy rara, es casi imposible de encontrar en encuadernación completa de la época. Carteret solo cita dos ejemplares, ambos en media encuadernación del tiempo.

Carteret, II, 343-344 ; Clouzot, 256 ; Vicaire, Manual del aficionado de libros del siglo XIX, III, 450-451.

Obra « muy rara » (Clouzot).

« Estas cartas del italiano Joseph Carpani, que aquí aparecen parcialmente traducidas, parcialmente arregladas con adiciones originales, bajo el nombre del primer seudónimo de Henri Beyle, dieron lugar a enérgicas reclamaciones de su autor; la obra reapareció tres años después bajo el título siguiente: ‘Vidas de Haydn, de Mozart y de Metastasio, por Stendhal’. Estas dos obras son de una gran rareza» (Carteret).

« Esta obra apareció bajo el seudónimo de Louis-Alexandre-César Bombet. Dejándose llevar por una charla sobre las fuentes que utilizó para su primer libro, el autor no oculta que a su parecer el brillo de sus descripciones y la inteligencia con la que expone su pensamiento deben asegurarle el éxito. En conjunto, con sus préstamos despreocupados a los Haydine de Giuseppe Carpani, a las obras alemanas sobre Mozart y a diferentes fuentes italianas en lo que concierne a Metastasio, la obra no hace más que asentar aún más la gran pasión que Stendhal tenía por Italia, por sus artistas y por su civilización. La música de Haydn y de Mozart, el melodrama de Metastasio son, a sus ojos, la revancha de la naturaleza triunfando de los prejuicios; exaltan la alegría de vivir, de amar, de crear más allá de estas aventuras cotidianas, siempre por debajo de lo que espera un alma bien nacida. El libro adquirió una renombre bastante equívoco que, además, la ausencia de prejuicios de su autor confirmaba. Informado del plagio, Carpani dirigió dos cartas de protesta a Bombet, cartas con matasellos de Viena y de otros lugares. Stendhal, continuando con la ficción, trató de defenderse en una carta dando razones variadas, más o menos discutibles, pero que afirman con razón la originalidad del libro en lo que respecta a las digresiones hechas sobre el valor del arte y sobre su función en la sociedad y en la manera de contar anécdotas.

Stendhal es uno de los muchos seudónimos, el más conocido, de Henri Beyle quien, sucesivamente oficial de dragones, auditor en el Consejo de Estado, intendente, terminó su vida como cónsul en Civitavecchia. Su patria de elección fue Italia donde permaneció muchos años y que tanto amaba que redactó así su inscripción tumularia: « Arrigo Beyle, milanés ». La gran pasión de su espíritu fue la ideología, que Destutt de Tracy había puesto en honor en la época de su juventud. La ideología era, según Stendhal, la ciencia suprema de la vida. Gracias a la ideología, escribía, con nueve libros de plata y una hora al día durante seis meses, podemos razonar tan justamente como esos grandes hombres (Aníbal, César, etc.) y solo nos falta su experiencia y sus pasiones para igualarlos. Este tipo de novela que Stendhal creó, nos dice Paul Bourget, es un tipo de novela a su semejanza y sin análogo, analítica y ardiente como él mismo, sutilmente ideológica e intensamente sensitiva. »

« … Esta técnica procede tan directamente de la persona misma de Beyle, de su dualidad irreductible, que ha permanecido inimitable y de hecho inimitada…. Esta soledad de Beyle como artista es tanto más sorprendente cuanto que existe una tradición stendhaliana que se va ampliando desde esa fecha de 1880 a la que el novelista de Rojo y Negro había dado cita a la gloria. « Stendhal, como Balzac, cuenta con innumerables devotos », pero parece, como escribía Anatole France, que, cuando se lee a Beyle, es a Beyle a quien se busca, y se prefiere al hombre que fue sobre las más bellas invenciones que dejó. »Ejemplar notable, puro y no lavado, conservado en su hermosa y completa encuadernación de la época.

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Auteur

STENDHAL, Henri Beyle.