París, Pierre Le Petit, Thomas Joly, Louis Bilaine, 1662.
In-folio de 1 frontispicio grabado a página completa, 1 hoja de título, 1 retrato del rey Luis XIV grabado según Mignard por Van Schuppen., 1 h. de dedicatoria, (2) hh. de Aviso al lector, 7 pp., 34 pp., 28 pp., 12 pp., 14 planchas a doble página y 8 a toda página grabadas por J. Marot y Chauveau, según J. Le Pautre. Ejemplar enriquecido con el retrato de María Teresa.
Pleno marroquín rojo, doble encuadramiento de triple filete dorado con grandes flores de lis doradas en los ángulos, a la Duseuil, grandes armas reales doradas en el centro, lomo nervado adornado con flores de lis, cantos decorados, cantos dorados. Encuadernación en marroquín con armas y floreada de lis de la época.
487 x 322 mm.
« Sabemos que el matrimonio de Luis XIV con María Teresa de Austria, hija de Felipe IV, rey de España, fue la culminación de la paz de los Pirineos, firmada en 1659. El joven rey fue a buscar a la joven reina a la frontera y la llevó de regreso a París donde hicieron una entrada solemne, el 26 de agosto de 1660. El cortejo, las decoraciones, los arcos de triunfo, los fuegos artificiales, sin mencionar las arengas, dieron un brillo tan hermoso a esta solemnidad que el consejo municipal de París, en esa fecha, es decir, el preboste de los mercaderes y los concejales, ordenaron que « todo sería recopilado e impreso ». De ahí el libro que señalamos, cuyas ilustraciones, que suman 24 en la segunda edición, son obra de los primeros grabadores de la época: Chauveau, Jean Marot, Le Pautre, Cochin de Troyes, Flamen, y Nicolas Poilly. Aquí este último se distingue por un muy bello retrato de Luis XIV a la edad de 20 o 22 años, según Mignard.
El frontispicio, muy bien grabado por Chauveau, nos muestra al joven rey sentado en su trono al que el preboste de los mercaderes y los concejales presentan, de rodillas, la relación de la Entrada triunfal.
Suit une épître dédicatoire au lecteur, gravée et encadrée dans des chiffres et des fleurons ; puis on arrive à la 3ème plancha que representa a Sus Majestades pasando revista (entre el bosque de Vincennes y la ciudad) a la milicia de París. Las otras placas nos muestran: el Arco de triunfo en la entrada del Faubourg Saint-Antoine (por J. Marot); — la entrada del puente Dormant de la puerta Saint-Antoine (Marot); — el Arco de piedra sobre el puente Dormant de la puerta Saint-Antoine (Marot); — la puerta de la ciudad del lado de Saint-Antoine; — el Parnaso, Encrucijada de la Fuente San Gervasio; — el puente Notre-Dame reparado y enriquecido (Marot); — el Arco de triunfo al final del puente Notre-Dame del lado de la Cité; — el Arco de triunfo en el Mercado nuevo (Marot); — el plano de la plaza Dauphine (Marot); — el Anfiteatro de la plaza Dauphine (Marot); — el Obelisco (Lepautre?); — la Fachada del Ayuntamiento del lado de la plaza de Grêve (Marot); — el trono elevado sobre el vasto espacio hoy llamado plaza del Trono (Marot); — el Hôtel de Beauvais, calle Saint Antoine, desde donde la reina madre vio pasar el cortejo (Marot). Las 5 planchas que siguen, si estuvieran numeradas, corresponderían a los n° 18, 19, 20, 21, 22; están dedicadas al cortejo que se desarrolla en el siguiente orden: el clero tanto secular como regular, la universidad, los magistrados de la ciudad, MM. del Châtelet, de la corte de monedas, de la corte de ayudas, los miembros de la cámara de cuentas, los miembros del parlamento, los equipos de su eminencia el cardenal Mazarino, las caballerizas del rey, la cancillería, la casa del Rey, los señores de la corte, los oficiales de la corona, el Rey, los príncipes de sangre, príncipes y duques, la reina y su séquito, los guardias del cuerpo a caballo y los gendarmes que cierran la marcha.
La representación de este cortejo ofrece el mayor interés desde el punto de vista de las costumbres, el vestuario y la historia. La vivacidad espiritual del buril, la variedad, la exactitud de las actitudes, es lo que caracteriza esta obra notable.
Todo hace pensar que estas planchas son obra de Cochin de Troyes cuyo talento ofrece mucha analogía con el de Callot, el célebre grabador lorenés.
La penúltima se relaciona con el Te Deum cantado en Notre-Dame. En derrogación de un antiguo uso, este Te Deum solo se cantó al día siguiente, es decir, el 27 de agosto. Tapices ocupan en el coro el lugar de las hermosas boiseries que se ven allí hoy. Esta plancha es aún de Marot; finalmente la última, siempre de Marot, representa una galera de 72 pies de largo, la pieza principal de los fuegos artificiales que fue disparada el 29 de agosto frente al Louvre». (Ernest Vinet)
Precioso ejemplar real de presente impreso en gran papel.