BARBE Le Parfumeur royal

Precio : 6.000,00 

1 disponibles

Leer más

El más famoso de los tratados de perfumes

conservado en su encuadernación de becerro jaspêdo de la época.

Ex-libris de la biblioteca del vizconde Émile de Guizelin.

[Barbe, Simon]. El Perfumer rêl, o Tratado de los Perfumes, De los más bellos Secretos que entran en su Composición y de la Destilación de Aguas de Olor y otras Licores preciosas. Nueva edición, revisada, corregida y considerablemente aumentada.

En París, en el palacio, en casa de Saugrain, 1761.

En 12 de (1) h., 242 pp. mal pag. 142, (2) h., becerro jaspêdo, lomo nervado adornado con filetes y florones dorados, pieza de título de marroquín burdeos, cortes jaspêdos. Encuadernación de la época.

161 x 94 mm.

Segunda edición original aumentada del «Perfumer Rêl» atribuida a Simon Barbe, perfumista del siglo XVII.

Este famoso libro se abre con el Tratado de los perfumes y los más bellos secretos que entran en su composición (pp. 1-86); seguido por el Tratado de todos los diferentes tipos de jabones (pp. 87 a 105); el Tratado de las pomadas (pp. 106-124); el Tratado de los polvos para el cabello (pp. 125-140); el Tratado de los groses Polvos de Violeta (pp. 141-159); El Tratado de las Aguas de Olor (pp. 160-174); el Tratado de Pastillas para quemar (pp. 175-179); el Tratado de Licores y Perfumes a la Boca (pp. 180-204): en este capítulo se encuentran recetas de Ratafías y otros licores de boca. Finalmente, el Tratado de la destilación (pp. 205-226).

Simon Barbe que vivía en París, en la calle de los Gravilliers en la Toison d’Or, era sin duda el perfumista más famoso de su siglo. Escribió dos manuales de perfumería, consignando en ellos sus conocimientos y pericia. El primero, El Perfumer françois, compuesto para los no profesionales con la intención de enseñar a todos la manera de componer los perfumes, en particular para «la diversión de la Nobleza, la utilidad de las personas Religiosas» fue publicado en 1693.

Escribió en 1699 su segundo tratado, El Perfumer Rêl, destinado esta vez a los profesionales. Presenta esta obra como útil para «quienes recolectan flores y necesario para guanteros, peluqueros y mercaderes de licores». Aquí, ya no hay dedicatoria, ni prefacio; el autor ya no pretende escribir para el entretenimiento de la nobleza, ni para la utilidad de las personas religiosas. Se siente que la moda de los perfumes ha cesado. ¿De dónde vino este cambio? Cometieron la torpeza de incomodar a Luis XIV. Desde entonces, para ellos, todo terminó. «Como al Rey no le gustan los olores, dice Marana, todo el mundo se ve en la necesidad de odiarlos; las damas fingen desmayarse ante la vista de una flor».

Precioso ejemplar de este tratado de perfumes conservado en su encuadernación de becerro jaspêdo de la época.

Ex-libris de la biblioteca del vizconde Émile de Guizelin.

Ver menos información

Información adicional

Auteur

BARBE