París, Lottin el mayor, Dessain joven, 1764.
In-8 de (2) ff. (falso título y título), xviii pp., (1) f. de explicación de la lámina, 584 pp. mal numeradas 608, con un frontispicio grabado por Prévost según Claude-Nicolas Cochin, marroquín verde, lomo nervado adornado con guirnaldas y cajetines dorados cargados con alérions, encuadre de triple filete dorado alrededor de las tapas con alérions en ángulos, armas en el centro, simple filete dorado en los bordes, cortes dorados, guirnalda dorada en los contracantos, guardas dobles de papel estrella dorado. Encuadernación de la época.
200 x 125 mm.
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Edición original de este tratado que fomenta especialmente el abandono del método del barbecho y el establecimiento de praderas artificiales.La obra sintetizaba la experiencia de La Salle de L’Étang (1700‑1765), especialmente válida para su natal Champaña, donde promovió la agricultura durante un periodo de treinta años.
Ausente de INED (que solo cita Las Praderas artificiales, del mismo autor).
« Bonito frontispicio de Charles-Nicolas Cochin hijo, fechado en 1764.
Uno de los textos importantes del agrónomo La Salle de l’Étang (aproximadamente 1700-1765) que se opone vehementemente a los innovadores como Duhamel du Monceau y, principalmente, al inglés Jethro Tull, cuya metodología recientemente publicada contradice directamente las prácticas locales. Siendo un defensor de la tradición, el autor aboga por las praderas artificiales, ventajosas, según él: la presente obra finaliza con una «refutación del nuevo método de M. Thull». «La Salle considera que los principios tradicionales de la agricultura, trabajo de arado y abono, no necesitan modificaciones. El asolamiento y la estructura agraria, sin embargo, deberán evolucionar para permitir la inclusión de praderas artificiales de esparceta, sobre cuyo establecimiento gradual el autor basa todo su sistema de mejora. Con este fin, presenta un plan detallado de aplicación teórica de las praderas en una finca explotada según los nuevos principios. De La Salle de l’Étang no solo es uno de los primeros en sistematizar el uso de las praderas artificiales, sino que también es original al demostrar cómo esta transformación del ciclo agrario llevará necesariamente a cambios profundos en las estructuras físicas y jurídicas de la vida rural. Así pues, estas praderas artificiales para las cuales Duhamel había comenzado a abogar tímidamente en 1750, aparecen desde entonces no ya como un aspecto secundario sino como uno de los pilares esenciales de la cultura.» (Bourde, 1967).
« Este manual, inspirado por Olivier de Serres, condena las nuevas prácticas importadas de Inglaterra – salvo las praderas artificiales – y desea conservar las prácticas locales y las tradiciones. Es lo que resume el frontispicio, explicado extensamente en una página no numerada…». (Cochin y el libro ilustrado en el XVIIIe siglo, 128)
« Esta obra es sabia y sólida. También sobrevive a tantos otros libros que han sido anunciados con tanto bombo solo para caer con más estruendo. Sus máximas son simples y naturales. Arar bien, sembrar adecuadamente, dejar que la tierra repose, abonarla, establecer praderas, criar ganado, aliviar a los labradores, no oprimirlos: eso es a lo que se reduce este Manual de Agricultura, ya bien conocido, y que merece serlo». (Journal général de France)Precioso y magnífico ejemplar en papel de Holanda de gran calidad con las armas de Francisco III d’Este‑Modena (1698-1780), yerno del Regente y duodécimo duque de Módena de 1737 hasta su muerte, con armas doradas grabadas al centro de las cubiertas.
La obra perteneció en el siglo XX ae Claude Hettier de Boislambert Claude Hettier de Boislambert (1906-1986), diputado de La Mancha y canciller de la Orden de la Liberación, con una etiqueta ex-libris pegada en los guardas iniciales.
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