BONNEFONS Le Jardinier françois, qui enseigne à Cultiver les Arbres, & Herbes Potagères ; Avec la manière de conserver les Fruicts, & faire toutes sortes de Confitures, Conserves, & Massepans. Dédié aux dames. Seconde édition corrigée & augmentée par l’Auteur.

Precio : 8.500,00 

Una de las obras emblemáticas de la evolución del gusto culinario en Francia a mediados del siglo XVII.
« Ejemplar muy hermoso en una encantadora encuadernación de esta interesante obra de Nicolas de Bonnefons, valet de chambre del Rey Luis XIV » (Boletín Morgand, 1893, n° 23436). 

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París, Pierre Deshayes, 1651.

En-12 de 1 frontispicio, (24) pp., 380 pp., (2), 3 láminas fuera de texto a toda página. Marroquín rojo, decoración dorada en los platos en variante del encuadramiento de Duseuil, lomo a nervios compartimentado y floreado, doble filete dorado en los cantos, rodillo interior dorado, cortes dorados sobre mármol. Trautz-Bauzonnet.

135 x 75 mm.

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Segunda edición original aumentada con respecto a la primera publicada ese mismo año 1651. Es tan rara que ni siquiera Vicaire la conoce.«Personaje introducido a la vez en la corte, donde ostenta el título de ayuda de cámara del Rey, y propietario rural que comercia con árboles y semillas, Nicolas de Bonnefons es uno de los principales representantes de la moda de la horticultura y el cultivo de huertos que gana la sociedad francesa a lo largo del 17º siglo. Su Jardinero francés conoce un gran éxito de librería desde la edición original de 1651 y se sigue reeditando continuamente sin gran cambio hasta 1737. Si las dos primeras partes del libro tratan respectivamente del cultivo de los árboles frutales y de los jardines de hortalizas, la tercera y última consiste en un tratado de confituras. Su principal originalidad con respecto a otros confitureros del siglo 17º radica en la importancia dada a la conservación de los frutos sin preparación especial: la obra se abre con un largo discurso de economía doméstica que expone la manera de construir un frutero y las diversas formas de conservar los frutos a su natural, según sus variedades, después de lo cual viene un capítulo dedicado a los frutos que se secan naturalmente, sin reducirlos a pasta. El resto del tratado pertenece más propiamente al arte de la confitería, proponiendo tanto recetas de confituras como recetas de pastas de azúcar que permiten imitar diversas figuras de alimentos y frutos, un arte de ilusión que contribuía en gran medida al prestigio de los aperitivos o del servicio final del fruto en los banquetes». (Jean-Marc Chatelain).

«Frontispicio grabado, los 13 ff. limin. están ocupados por el título, «la epístola a las damas » firmada: RDCDWBDN y fechada en París, el 1er de julio de 1651, la «prefacio al lector», y la tabla.

Las iniciales son, al revés, las del nombre, apellido y título del autor, Nicolas de Bonnefons, ayuda de cámara del Rey.

El Jardinero francés está adornado, además del frontispicio, con tres figuras, grabadas por Chauveau, colocadas al inicio de cada uno de los tres tratados que lo componen. La primera, que representa un jardín de hortalizas en el que trabajan jardineros y pasean un señor y una dama, se encuentra antes de la página 1; la segunda, que representa un jardín, antes de la página 117; y la tercera, que muestra un interior de cocina, antes de la página 245.

El primer tratado ocupa las páginas 1-116; el segundo, las páginas 117-244, y el tercero las páginas 244 a 380. Este último se refiere a los frutos, su conservación, las confituras secas y líquidas, así como a los «mazapanes» y a los macarrones.

El privilegio está impreso en la última hoja (anverso y reverso); está fechado en el «12º día de junio de 1651» y el terminado de imprimir el «primer día de julio» del mismo año.

Debe creerse que el éxito del Jardinero francés fue grande, pues, aparecido por primera vez en 1651, ya estaba, dos años después, en su cuarta edición, como se puede ver en el título de la edición siguiente». (Vicario).

Una de las obras emblemáticas de las evoluciones del gusto culinario en Francia a mediados del 17ºsiglo. El agrónomo Nicolas de Bonnefons es «uno de los principales representantes de la moda de la horticultura y el cultivo de huertos que gana la sociedad francesa a lo largo del siglo 17º » (Jean-Marc Chatelain, enLibros en boca , París, BnF, Hermann, 2001, p. 147). Pues es en el ámbito de los agrónomos donde se operaron las mutaciones más decisivas en la cocina francesa al inicio del reinado de Luis XV, en el sentido de una «promoción inédita de la noción de sabor natural, obtenida mediante una mejor explotación de los recursos del jardín y del huerto» (op. cit., p. 120). Su obra aborda así estos dos aspectos que enlaza estrechamente: las dos primeras partes están consagradas al cultivo de los árboles frutales y a la de los jardines de hortalizas, mientras que «la tercera y última consiste en un tratado de confituras. Su principal originalidad con respecto a otros confitureros del siglo 17, Paris, BnF, Hermann, 2001, p. 147). Or c’est dans le milieu des agronomes que s’opérèrent les mutations les plus décisives dans la cuisine française au début du règne de Louis XV, dans le sens d’une « promotion inédite de la notion de saveur naturelle, obtenue par une meilleure exploitation des ressources du jardin et du verger » (op. cit., p. 120). Son ouvrage aborde ainsi ces deux aspects qu’il lie étroitement : les deux premières parties sont consacrées à la culture des arbres fruitiers et à celle des jardins potagers, tandis que « la troisième et dernière consiste en un traité de confiture. Sa principale originalité par rapport aux autres confituriers du 17º radica en la importancia dada a la conservación de los frutos sin preparación especial [… Esta tercera parte] pertenece más propiamente al arte del confitero, en tanto que propone tanto recetas de confituras como recetas de pastas de azúcar que permiten imitar diversas figuras de alimentos y frutas, un arte de ilusión que contribuyó en gran medida al prestigio de los reproductos o del servicio final de fruta en los banquetes». (op. cit., n.º 120, para la edición original).La presente edición está adornada con 4 bonitas figuras grabadas en talla dulce firmados por François Chauveau, de las cuales una se coloca en el frontispicio.Muy buen ejemplar en marroquí firmado por Trautz-Bauzonnet.

Procedencia: De las bibliotecas de Huth ; Alfred Henry Huth ; James Toovey; el diplomático Michel Pierre Antoine Laurent Agar, conde de Mosbourg (vignette ex-libris en el reverso de la primera guarda volante); luego Boletín Morgand 32 n.º 23436.

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BONNEFONS